domingo, 11 de septiembre de 2011

Hablaremos brevemente, de la insensata violencia en México


FEDERACIÓN DE PROFESIONALES Y EMPRESARIOS DEMOCRÁTICOS A.C
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"No debemos perder la fe en la humanidad, que es como un océano no se mancha porque algunas de sus gotas estén sucias"




Que salpica a nuestro país y la vida de todos nosotros. No incumbe a una sola raza, las víctimas de la violencia son de todas las razas étnicas, ricas y pobres, jóvenes y viejas, famosas y desconocidas.

Son sobre todas las cosas, seres humanos a los que otros seres humanos querían y necesitaban.

Nadie, viva donde viva, haga lo que haga, puede estar seguro quien va a sufrir, por un acto insensato de derramamiento de sangre.

Sin embargo, sigue, sigue y sigue en este país nuestro. 

¿Por qué? 


¿Qué ha conseguido siempre la violencia?


¿Qué ha creado siempre? 


Siempre que un ser humano pone fin a la vida de ser humano.

Innecesariamente, ya sea en nombre de la ley, o desafiando la ley, ya sea un hombre o de una banda que mata a sangre fría o con rabia, en una ataque de violencia, o respondiendo a la violencia, siempre que se rasgue el viento de una vida, que otro hombre a tejido  penosamente, para el y sus hijos, siempre que hagamos eso, la República entera será degradada.

Sin embargo parecemos tolerar un nivel creciente de violencia, que ignora nuestra común humanidad, y nuestras demandas a la civilización.

Demasiadas veces celebramos la arrogancia y la chulería, y a los bravucones, demasiadas veces excusamos, a los que quieres construir su vida sobre los sueños y esperanzas de otros seres humanos.

Pero hay una cosa clara, la violencia engendra violencia, la represión engendra venganza, y solo una limpieza de toda nuestra sociedad de deshonestidades, puede arrancar este mal de nuestros corazones.

Pues cuando enseñas a un hombre a odiar y temer a su hermano, cuando le enseñas que es un ser inferior, por su condición socioeconómica o sus creencias, o las normas que siguen, cuando le enseñas que los que son distintos a ti, amenazan su libertad, o tu trabajo, o tu hogar, o tu familia, entonces aprende también a enfrentarse a los otros.

No como conciudadano, si no como enemigos, recibiéndolos no como cooperantes, si no como invasores que subyugan y someten.

Al final aprendemos a mirar a nuestros hermanos como extraños, extraños con los que compartimos una ciudad pero no una comunidad, hombres ligados a nosotros en una vivienda común, pero no en un esfuerzo común.
  
Tan solo aprendemos a compartir un miedo común, solo un deseo común, de alejarse del otro, solo un impulso común, de superar el desacuerdo con      la fuerza.     
Nuestra vida en este planeta es demasiado corta, el trabajo por hacer es demasiado grande para dejar que ese espíritu de maldad prospere por más tiempo en este México nuestro.

Desde luego, no podemos acabarlo con militares, ni con una resolución, pero quizás podamos recordar, aunque sea por un momento, que aquellos que viven con nosotros son nuestros hermanos, que comparten con nosotros el mismo corto momento de vida, que solo buscan, como nosotros, la oportunidad de vivir la vida con bienestar y felicidad, disfrutando lo que la satisfacción y el logro les proporciona.


Seguramente este vínculo de sentido común, seguramente este vínculo de objetivos comunes, puede empezar a enseñarnos algo.

Seguramente podremos aprender, por lo menos, a mirar alrededor a aquellos de nosotros que son nuestros semejantes, y seguramente podremos empezar a trabajar con algo más de entusiasmo y a curarnos mutuamente las heridas, y convertirnos otra vez, en hermanos y compatriotas de corazón por un México Mas y Mejor.

 
Atentamente
Alberto Lara Noriega
Presidente

“EL SERVIR VOLUNTARIAMENTE ES UNA ESCUELA GENERADORA DE CONCIENCIAS”









                                                                                         

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