lunes, 1 de agosto de 2011

Iatrogenia oh Negligencia

FEDERACIÒN DE PROFESIONALES Y EMPRESARIOS DEMOCRATICOS A.C
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Iatrogenia clínica, social y cultural.
Negligencia; descuido, omisión, falta de cuidado


Dícese de toda alteración del estado del paciente producida por el médico”

El título de médico los inviste de una inmunidad que debemos apreciar dignificar permanentemente conociendo el verdadero alcance y la trascendencia de las funciones inherentes a la medicina que tienen un triple aspecto a saber.

Investigativos sobre la verdad biológica y la adquisición del conocimiento asistenciales en la aplicación de la experiencia al enfermo y morales, en la forma lícita y ética como debe actuar el médico, con prudencia y dedicación.

El médico al terminar su postgrado, debe iniciar, por así decirlo, la segunda etapa de sus estudios: aplicar los conocimientos adquiridos durante los años de residencia y de sub-especialidad y perfeccionarlos con la experiencia diaria recogida en el lecho del enfermo, en el consultorio, en la práctica de urgencias.

Tendrá así mismo la obligación moral de mantenerse constantemente actualizado en los adelantos de la ciencia médica y de su especialidad.  

La falta de organización profesional facilita la iatrogenia y se aprecia en los especialistas que por necesidades económicas trabajan en Instituciones que los obligan a atender a los pacientes apresuradamente, con horario limitado, sin tiempo para realizar un examen clínico adecuado, con limitaciones en la prescripción y con pocas oportunidades para operar a sus pacientes en un futuro inmediato pero que en los casos de urgencias los obligan a ejecutar procedimientos sin suministrarle la infraestructura y los demás elementos deseables para llevar a cabo una intervención óptima.

El dolor aparece cuando se encuentran culpables de esa iatrogenia por inexperiencia, imprudencia y abandono del paciente y eso es grave para el médico dentro del rigor de nuestras leyes.

La iatrogenia obedece a los siguientes factores.

1-Inexperiencia: Definitivamente no se deben operar pacientes sin antes tener la experiencia necesaria para realizar el procedimiento. Es el mandamiento ético primordial.  
Quien no acepta la noción de "la falta de ignorancia", que no menciona su inexperiencia, es un riesgo para la profesión y para el paciente.

2- Indicaciones incorrectas. Estas casi siempre derivan de un examen semiológico mal hecho. Al carecer de un diagnóstico y de un pronóstico exacto, obviamente fallan las indicaciones para el procedimiento. Nada suple o reemplaza a un buen examen clínico.

3- Errores de técnica. Se originan en la falta de planeación quirúrgica.     

4- Exámenes insuficientes. Al no ordenar los exámenes de laboratorio imprescindibles se pueden ocasionar serios daños al paciente en el período operatorio y postoperatorio lo mismo puede suceder cuando se suprime la valoración pre quirúrgica del médico internista en los pacientes.

5- Improvisación. "Experiencia es ciencia"   Sólo los grandes maestros, con muchos años de experiencia pueden darse el gusto de improvisar ante un problema o una complicación quirúrgica, al resto les toca seguir realizando la planeación quirúrgica pre-operatoria y revisar la técnica quirúrgica antes de la cirugía para evitar imprevistos y complicaciones.

6- Descuido y mala vigilancia del postoperatorio. El principal error del ortopedista en el postoperatorio es no creer en las quejas de sus pacientes operados. A la gente hay que creerle. Es justo y necesario revisar cualquier queja del paciente para asegurarse de que no se trata de una complicación. La eficiencia y la calidad deben ser los principales rectores del sector salud.

7- Falta de escrúpulos. Si el medico se cree capaz de realizar procedimientos sin tener la menor preparación para ello, sólo por el afán de conseguir dinero o por mezquinos intereses económicos, está perdido, moralmente hablando.

La profesión de medico es de virtuosos, y no permite preconceptos como los económicos en el manejo de los pacientes. Los enfermos no pueden ni deben ser fuentes de enriquecimiento para el médico. Se debe tener constantemente conciencia de semejante peligro y procurar evitar esta causa en el manejo de los pacientes.

Elección informada al paciente se le debe permitir que ejercite su libre albedrío y decida si desea o no tratarse. El médico debe suministrarle toda la información pertinente sin sesgos, sin insinuaciones y de manera no tendenciosa.

El médico debe obtener un consentimiento informado en el que el paciente acepte el tratamiento selectivo individualizado y específico reconozca los alcances y limitaciones del mismo y las posibles alternativas.

Sin embargo esta información al paciente y su consentimiento informado no nos excusan para cometer errores y lo anterior no aminora la responsabilidad médica al aceptar que el acto médico es de medios más que de resultados. Es en la escogencia de los medios donde nos podemos equivocar al no ser realistas ni prácticos en el tratamiento, y al no individualizarlo para cada paciente.

¿Qué hacer cuando se ha cometido un error diagnóstico o quirúrgico, cuando hemos traicionado esa confianza?

Tener el valor y la entereza para corregirlo cuanto antes. 

Atentamente
Alberto Lara Noriega
Presidente

"EL SERVIR VOLUNTARIAMENTE ES UNA ESCUELA CREADORA DE CONCIENCIAS" 

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